Lenguaje
Los primeros 3 años de vida, cuando el cerebro está en
proceso de desarrollo y maduración, es el período más intensivo en la
adquisición de las habilidades del habla y el lenguaje. Estas habilidades se
desarrollan mejor cuando el niño está expuesto consistentemente a un mundo
lleno de imágenes, sonidos y al habla y el lenguaje de los demás.
Existen períodos clave en el desarrollo del habla y el
lenguaje de los bebés y los niños pequeños. En estos períodos clave el cerebro
está más capacitado para absorber el lenguaje. Si se dejan pasar estos períodos
y no se expone al niño al lenguaje, será más difícil que el niño lo aprenda.
Los trastornos del lenguaje incluyen problemas para entender
lo que otros dicen (lenguaje receptivo) o dificultad para compartir ideas
(lenguaje expresivo). El trastorno específico del lenguaje, TEL (Specific
Language Impairment, SLI) es una limitación que demora el dominio de las
habilidades del lenguaje. Algunos niños con un trastorno específico del
lenguaje podrían tardarse para comenzar a hablar hasta los tres o cuatro años
de edad.
Los niños que tienen dificultad para producir correctamente
los sonidos del habla, o que dudan o tartamudean al hablar, podrían tener un
trastorno del habla. La apraxia del habla es un trastorno que dificulta la
unión de sonidos y sílabas en el orden correcto para formar palabras.
Existe un gran cantidad de problemas
del lenguaje, la mayoría inciden en la articulación en las palabras o son
causados por dificultades motoras en los músculos implicados en el habla. Por
tal motivo, existen varios ejercicios que pueden ayudar a superarlos, siendo
aplicados en el aula o incluso desde casa, dependiendo de los problemas del
lenguaje que se presenten.
Ejercicios respiratorios:
Se realiza con movimientos simples y
repetitivos, incorporando sonidos. Se puede realizar inhalaciones y
espiraciones nasales y bucales, reteniendo el aire. También retener
progresivamente el aire dentro de la boca o nariz. Además puedes incluir
inspiraciones rápidas, lentas o profundas, dejando salir el aire rápidamente.
Soplar bolitas de papel:
Deben colocarse bolitas de papel o
polietileno, también se pueden emplear velas, tumbar torres de papel con
soplidos y utilizar pajillas para aspirar agua o limonada. Otra estrategia divertida es
soplar burbujas de jabón.
Pronunciar las vocales:
Para realizar la pronunciación el niño
debe inhalar lentamente por la nariz, retener el aire y luego exhalar
lentamente mencionando las 5 vocales. También puede aumentarse la velocidad, de
acuerdo a como se maneje el aire.
Ejercicios con la lengua:
Abarcan diversidad de movimientos con
la lengua, ideales para los problemas del lenguaje en los que se ve afectada la
articulación de algunos fonemas. Pueden realizarse giros con la lengua en todas
las direcciones, estirar la lengua, llevarla al paladar superior, comer goma de
mascar y tocar todos los dientes con la punta de la lengua.
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